Purim

Purim
Es una de nuestras fiestas favoritas aunque no solemos tener demasiada suerte en ella. La mayoría de veces nos pilla enfermos, justo vamos saliendo del invierno y suele coincidirnos con algún virus que va tarde a eso de hacer la puñeta, pero llega.
La fiesta en sí es una chulada. Nos disfrazamos, repartimos regalos de comida a amigos y vecinos, nos juntamos con música y mucha alegría a comer y a ponernos las botas y algunos hasta se toman la licencia de beber de más.
Todo forma parte de una simbología y un recordatorio. Todo comienza con una historia. La historia de las causalidades, en la que cada acción por separado es puro azar pero en su conjunto lleva a un único próposito: salvar al pueblo judío de la destrucción total. La historia de una reina que no se quiso doblegar, una muchacha que supo escoger cuándo debía ser valiente, un hombre que supo ser fiel a sus ideales, otro orgulloso, un Dios en las sombras y un rey pelele. La historia completa, para quien se haya quedado con las ganas, está en el libro de Ester.

¿Con qué Purim te quedas?

purim 2017

2017

Recuerdo haber estado estresada porque trabajaba y no sabía si me iba a dar tiempo de preparar todo lo que quería preparar antes de la fiesta: los disfraces, los regalos, la comida… Mucho por delante y muy poco tiempo. Pero hubo un cambio de planes y quedé libre, así que lo hice con toda la calma y el cariño y me dió tiempo, vaya si me dió. Organicé hasta disfraces caseros que quedaron bastante decentes. Eliahu y yo íbamos de algo similar a Jazmin y Aladdin pero de gala (más o menos) y a Itamar lo disfrazamos de husky, y yo me lo quería comer.
Como siempre, los planes no salen como uno los planea, y hubo un poquito de tensión, un amago de desilusión que gracias a mi señor esposo resultó en una noche muy bonita con familia y amigos.
Para la comida estuvimos invitados en casa de un rabino amigo nuestro, con una montonada de hijos así que disfrutamos de la comida y la alegría que vienen de acompañantes en las casas grandes.